2º Acto

Llaman a la puerta.


-¿Quíen es?

-Abre, ¡joder! - Gritó una voz femenina al otro lado.

-¿Qué pasa? - Pregunto mientras entornaba la puerta y miraba a los dos individuos con recelo y sin quitar la cadenita.

-Necesito tu ayuda - Pidió ella mientras ayudaba a Fran a mantenerse erguido.

-Pues llevalo a un hospital - Contesto sin mucho interes - yo hoy no trabajo.

-Es una urgencia, necesito que seas tu. No puedo llevarlo a un hospital, dejame entrar y te lo explicaré - Pidió ella.

Tras pensarselo unos segudos cerró la puerta, quito la cadenita y volvió a abrir.

-Pasa, anda - Gruñó mientras se intentaba peinar el pelo con los dedos - Espero que sea una buena historia como para levantarme de la cama a estas horas.


Lleva a Francesco al sótano, donde hay una camilla. Lo tumba en la cama.

-¿Qué le ha pasado? - Pregunto Angelo, mientras se ponia unos guantes de latex y entraba en modo medico.

-Estaba persiguiendolo por las naves y le pegué un tiro.

-Ahm, que interesante -Dijo con cara de pasividad. - Le echaré un vistazo y le curaré la herida.

-Gracias - Contestó ella aliviada y se dejó caer en una silla cercana - sabía que podía contar contigo.

Suena el movil de Cat. La cual se lo saca del bolsillo con mala cara y vuelve a ponerse de pie.

-Angente especial Caterina al habla - Dijo con desgana, mientras se dirigia a la puerta del sotano.

-¡Con que te llamas Caterina! - Exclamó Francesco desde la camilla.

Cat se giró y tras dirigirle una mirada asesina salió de la habitación.

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Angelo agarró a Francesco y lo empujó contra la camilla. Francesco gritó de dolor.

-¡Joder! - Se quejó Fran.

-¿Duele? ¡Pues no te muevas!

Francesco lo miró de mala gana, pero Angelo ni se inmutó y siguió a lo suyo.

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-¿Dónde estás? -Dijo una voz autoritaria al otro lado del teléfono.

-He tenido una serie de contratiempos - Se escusó Caterina - Voy a tardar un poco más en terminar este caso.

-¿Pero has conseguido capturar a Francesco? - Insistió con un tono de voz aún más helada.

-Se ha escapado... - Improvisó Cat - pero tranquila, sé donde está.

-No falles - Le advirtió.

-No lo haré - Le aseguró Caterina y se guardó el móvil en el bolsillo.

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Angelo preparó los instrumentos necesarios para estraerle la bala a Francesco, así que tras pincharle una buena cantidad de morfina, comenzó la intervención.

-Quizá te moleste un poco - Comentó Angelo y sin mas preambulos comenzó a estraerle la bala.

La operación no duró mucho, Angelo a pesar de su caracter no demasiado sociable, era el mejor cirujano que había en Nápoles en aquellos momentos.

Angelo limpiaba con cierta parsimonia las herramientas que había utilizado para operar a Francesco, el cual se había quedado tumbado en la camilla con la cara palida y una expresión no muy amigable. Al menos ya no sangraba...
Angelo fue a avisar a Caterina cuando un olor a sangre reseca le hizo fijarse en su paciante.
El pobre desgraciado al que Cat le había agujereado el hombro tenía toda la camiseta llena de sangre, así que apiadandose un poco de él, le trajo una camisa limpia y se la tendió.

-Ponte esto, vas a llamar demasiado la atención si vas por ahi con la ropa llena de sangre - Argumentó mientras seguía sosteniendo la camisa.

Francesco lo miró con mala cara. Ese medico era un caso aparte, pero desgraciadamente tenía razón, así que con mucho trabajo se incorporó y se quito la camisa ensangrentada. La tiró al suelo y fua a coger la que Angelo le ofrecia.
Pero este no lo dejó, si no que se quedó mirando fijamente un vieja cicatriz que tenía en el hombro derecho, una especie de quemadura con forma de alcón...

-No es posible... - Susurró Angelo, mientras ataba cabos en su mente.

Francesco miro a Angelo entre confuso y enfadado.

-¡¿Qué coño pasa ahora?! - Bufó mientras le quitaba la camisa y se la ponia - Vaya unos amigos raros que tiene esta chica... - Susurró para sus adentros.

-Esto no tiene nada que ver con Cat - Le dijo Angelo, tremendamente serio - Esto es algo entre tu y yo.

Francesco miró a su nuevo medico con los ojos entrecerrados, intentando adivinar lo que queria decirle con eso.

-¿Entre tu y yo? - Preguntó el Policía - ¿A qué te refieres?

-¿Cómo te llamas? - Lo interrogó Angelo, pasando olimpicamente de las preguntas de Fran.

-Francesco Falcone - Contestó - ¿Y qué importa ahora eso...?

-¡¿Falcone?! - Lo interrumpió.

-¡Si, Falcone! - Le gritó el policia, harto de no enterarse de nada.

Angelo se puso a dar vueltas por el sotano, de vez en cuando le dirigia una mirada astuta a Francesco y seguia paseando. El policia siguió el nervioso paseo de su medico, hasta que no pudo soportarlo mas y tras levantarse de la camilla, empleando una buena dosis de voluntad y cabezoneria, agarró a Angelo de las solapas de la bata blanca de medico que llevaba y lo puso contra la pared, dejando que su lado de poli duro saliera a flote.

-¿Qué paso con mi nombre y con mi marca? - Le gritó mientras lo sacudia.

-¡Tranquilo, tranquilo! - Intentó calmarlo Angelo - Te lo mostraré, si me dejas.

Francesco no pareció muy conforme, pero lo soltó y se hechó atrás una par de pasos, dejandole a Angelo algo de espacio.
El medico miro a Fran de nuevo, examinandolo, pero finalmente cedió y comenzó a desabrocharse la bata.

-¿Qué haces ahora? - Preguntó Fran confuso.

Angelo no le hizo ni caso y tras quitarse la bata hizo lo mismo con la camiseta. Acto seguido se giró y le mostró la espalda a Francesco.

-¡No me jodas! - Exclamó el policia mientras se acercaba y miraba de cerca la marca. Una especie de quemadura con forma de halcon, exactamente igual que la que el tenia en el hombro, exactamente igual...

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Cat resopló asqueada, Isabella, la jueza mas influyente de todo Napoles y su jefa no estaba contenta con sus escusas. Lo que queria decir que cuando Isabella no estaba contenta, ella estaba jodida, asi de facil.
Con mala gana volvió a entrar en la casa y bajó hasta el sotano, mientras pensaba que iba a hacer con Francesco. Al llegar abrió la puerta de golpe y se encontró con una escena un tanto estraña.
Angelo y Francesco sin camiseta, muy cerca y discutiendo a voces.

-¡Se puede saber que demonios estais haciendo! - Gritó ella, haciendose notar por encima de las voces de los dos hombres.

En cuanto la escucharon se callaron y se la quedaron mirando sin saber que decir. Pero Cat si reaccionó y se dirigió hacia ellos con paso decidido.

-Mira Angelo, ya se que el poli es un poco pesado y que te he jodido el domingo, pero era una emeregencia, gracias por tu ayuda, pero como ya veo que no os llevais muy bien mejor nos vamos de aqui...

-No vais a ir a ninguna parte - La interrumpió Angelo con voz grave - Al menos Francesco no.

Cat fue a devatir aquella palabras hasta que se acercó lo suficiente al medico para ver que tenia algo raro en la espalda... una especie de halcón.

-Imposible - Adjudicó ella - Esto no puede ser...

Angelo y Fran la miraron confusos.

-¡Otra que empieza a hablar sola! - Exclamó Fran.

-¿Como es tu apellido?- Le pregunto Cat a Angelo, volviendo a pasar olimpicamente del poli.

-Falcone - Respondio el medico, tras unos segundos - Angelo Falcone.

-Pues que fuerte - Solto Cat, mientras se dejaba caer en una de las sillas del sotano.

Los dos hombres la miraron confusos, hasta que Angelo tomo la palabra.

-¿Que pasa con eso?

-¿Que que pasa con eso? ¡¿Que que pasa!? - Casi gritó ella - ¡Esto es lo que pasa!

Y tras volver a levantarse se apartó el pelo y les enseñó el lado derecho de cuello a los dos hombres. Ninguno de los dos, fue capaz de decir nada, solo se acercaron, observaron la cicatriz y se dieron cuenta, que de nuevo, era exactamente igual que la suya...

-Y si - Añadio la angente del FBI - Como podeis imaginar me llamo Caterina Falcone.

FIN DEL 2º ACTO

CHAN CHAN~~

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